domingo, 22 de agosto de 2010

De las Causas y los Efectos

Luz Externa: Después de la conquista de México, los libros de estudios históricos se refieren muy poco a la etapa de transición.Si acaso uno de los episodios más relevantes, que por obvias razones, no está registrado en los anales oficiales, es el episodio de Juan Diego (hoy santo) y su encuentro con la madre de Jesús redentor o posiblemente Tonantzín, desde el punto de vista del indio, pues tiempos eran, en que aún predominaban las creencias autóctonas, corría el año de 1531, los siguientes 300 años, llamados, tiempos de la colonia, sirvieron para formar la esencia del ser mexicano, tal como lo conocemos actualmente. El poder de adoctrinamiento español fue devastador, pulverizó por completo, usos, costumbres y creencias, sin dejar constancia, de los destinos de la estructura comercial, política, militar y religiosa de lo que fuera Tenochtitlán.

¿Que fue de los valientes guerreros: Caballeros aguila y los caballeros tigres? ¿y de los matemáticos que ya usaban fracciones? ¿los hábiles comerciantes, los brujos y sus conocimientos de herbolaria, los administradores, los maestros? Sin importar los métodos que habrán utilizado los españoles para disover tan compleja estructura social, un elemento importante es, a mi juiciuo, que la organización sucumbió sola con base en dos elementos fundamentales: La falta de liderazgo y la ausencia de un propósito, imperantes, no solo en aquellos tiempos, sino en el mundo actual.

Hoy en México estamos sufriendo los embates de una nueva conquista, encaminados a no se sabe donde. Tenemos vastedad en recursos naturales, creatividad impresionante, mentes privilegiadas. Somos la envidia marítima de japón, el sueño petrolero de USA, el clima paradisiaco por el que suspira Europa del este, pero, al igual que hace 500 años, 400, 300, 200, 100 o 6: Hace falta liderazgo y un propósito incluyente, renovador, transformador y que proponga un vida digna en un país lleno de posibilidades.

Luz Interna: Cuando Jesús, proclama “Nadie viene al padre, sino por mi” me gusta pensar que le da esa licencia a cualquier hombre de buena fe y voluntad. Esa licencia me la tomo, para renovar mi fe en Dios a través de su obra, el hombre mismo. Y acaso hoy veo que una de las grandes pérdidas del ser humano, es la capacidad de poder ver el bien en el ojo ajeno y dejar de competir para pasar a compartir. En tiempos de crisis, violencia y pérdida de valores, el origen es el hombre y la solución es el hombre. Es decir, el problema del hombre está dentro de él mismo. Coincidiendo con diversas filosofías y doctrinas, la solución stá en el aquí y el ahora, de mi forma de pensar, surgirá mi actuar.

Hoy no interpelo más a políticos, disidentes, criminales, personaliddes o ala persona común, hoy la única posibilidd de cambio, la ubico en lo más profundo de mi ser. El ser representado por lo que pienso, lo que digo, lo que hago. Soy en la medida en que actuo y si quiero que mi ser impacte, favorablemente en mi medio, debo actuar en favor del bien. Bueno es lo que a la gente le hace el bien. Si yo cuido la obra de Dios, el hombre, llegaré a él a través del único medio posible: El mismísimo amor. Amor al hombre.

2 comentarios:

sandracandy dijo...

Pos ahora si me gustó harto tu blog..Saludos!!

pleyis dijo...

pues tambi9én damos el follow por acá !!!, saludos !!! ñ_ñ