miércoles, 26 de mayo de 2010

Don Gabriel Vargas - 5 Feb 1915 - 25 May 2010




Don Gabriel Vargas. Muere a los 94 años de edad, habiendo cumplido con una vasta labor de cronista, retratista, paisajista, monero, cuentero, antropólogo, humanista, novelista, sociólogo de la realidad mexicana y todo lo dejó plasmado en 1,616 número de la inevitable, persistente, folklórica y genial Familia Burrón.

Nadie o casi nadie, está al margen de la Familia Burrón, sea por que la ha visto colgada en un puesto de periódicos, la ha leido, se la han platicado o ha escuchado alguna referencia urbana: - Esa señora tiene hartos hijos, parece burrón.- ; - No te pases, el camión iba repleto, parecían burrones, nomás les salían las naricitas - ; - ¡Aguas con esa vieja argüendera! Es pior que la burrón.

Es difícil desasociar a Gabriel Vargas de la Familia Burrón. Probablemente haya tenido otros logros, sin embargo, éste es por el cual será recordado: La Familia Burrón y su contingente de personajes, que por si mismos, son suficiente para darle peso a la historieta, arquetipos fácilmente identificables de la realidad urbana, desfilan en representación de las fenomenologías del ser mexicano.

Puedes verlos en cada calle, en sus gestos, en sus angustias, en sus desapegos, en la sorna, en la sensibilidad urbana y la dureza campestre. Los ves caminar, desfilar, arremeter con sus palabras nunca altisonantes pero contundentes, en un fraseo singular que no da lugar a la confusión, ni se permite interpretaciones. Cruda realidad y curiosa fascinación por las costumbres del barrio, del arrabal y de la gente popof.

Los personajes sobreviven a su autor, no por voluntad propia, sino más bien por que se han encarnado en las cotidianedad, en el hacer y decir de la gente. Se fusionan los modelos y forman parte del paisaje regular:

Doña Borola Tacuche de Burrón, mujer luchadora, desmadrosa desde niña, creativa, líder natural de las causas perdidas de antemado, campechana, arrebatada, glamorosa, impulsiva, machorra o como dirían actualmente, francamente cabrona. Ama a su marido más de lo que ella misma se habría permitido conscientemente, sin embargo, no duda ni tantito, en minimizarlo, regañarlo, abochornarlo y al final, cae de hinojos si su chaparro le levanta la voz. Curiosa combinación La esposa que es madre e hija de su esposo.

Ella llora a Don Gabriel Vargas, a grito pelado, no se reprime, nunca lo ha hecho. Se avienta a la tumba aunque se le vean las tarzaneras, amenaza con aventarse a la fosa, por que así de arrebatada es. Macuca la toma de los hombros, espantada, mientras gruesas lágrimas resbalan su angelical rostro. El tecolote toma a su madre del brazo enjugándose el rostro. Foforo se aferra a la perina de su madre sin dejar de ver la tumba y su perro Wilson, al igual que su amo, le llora a Gabriel, con la cabeza gacha. Al lado vemos a Regino, visiblemente trsite, consternado, como casi siempre, pero esta vez más abatido. Sus manos en las bolsas de los pantalones y lágrimas a borbotones.

En la cabecera está una orquesta de niños, comandada por Alubia Alubión y su inseparable tololonche, en cuya caya de resonancia guarda flores para su padre Gabriel y mucho amor para el necesitado, en el bombardón está sinfónico Fonseca y destemplando las cuerdas de su violín su amigo Isidro Cotorrón. Avelino Pilongano se usa de la música de fondo para declamar una de sus tantas poesías, que según él, le ha chuleado repetidas veces el poetazo Octavio Paz, sostenido por su madre Doña Gamucita Pilongano, que llora desconsolada, pero no pierde de vista a su vástago, pues algo se le fuera a ofrecer.

Se ven la multitud que vienen y van, Ruperto Tacuche junto con Don Quirino, propietario del catre, reparten campechanas entre los conmocionados y Susano Cantarranas se ofrece gustoso a obsequiar jicaras de tlachicotón y caldo de oso pa´mitigar las penas, que gustosamente le ayuda a repartir y a beber su divina Chuy.

A lo lejos, casi escondidos, forman un pequeño grupo El conde Satán Carroña, Cadaverina de Carroña, Don Sombroso Mortis, la pinga diabla, Narciso y el Diablo Lamberto. Acostumbrados a la muerte, su sorpresa son la cantidad de visitantes que llegan a su sempiterno hogar, el panteón del cuajo, en donde, por primera vez, están acompañados por los hijos de su mismo creador.

Los Popofs han formado también su corrillo. Cristeta Tacuche amenaza con desmayar y a punto de caer al suelo, pese a los enormes esfuerzos de su secretaria Boba Licona y su fiel enamorado El Conde Roquefort, rey del Queso. Los Tinoco, consuelan a su vástago Floro tinoco, que patalea en el suelo llorando como el chamaco que es.

Visitantes de tierras lejanas, montados en sus pollos cuacos, también le lloran a Gabriel: Briagoberto Memelas cacique de la coyotera, Juanón Tepochas cacique de San cirindango de las iguanas, el Gúen caperuza lo es del valle de los escorpiones, generoso el chivero y su amiga la bruja Julisa.

Todos ellos, y muchos que salieron de la pluma de Gabriel Vargas, lloran el dolor de su partida, todos lloran inconsolables por el genio que s enos fue, todos lloran por que un pedazo de México nos dejó, todos lloran, y yo también lloro. Con Don Gabriel Vargas, también se va un pedazo de mi vida, de mi infancia, de mis afectos, de mis recuerdos, de mis alegrías. Siempre que estoy triste o abatido, pienso en aquella vez que Borola quería darle de comer a todos en la vecindad y se puso a inflar pollos con una bomba de bicicleta, o sus pasteles de lodo, sus sopa de zapato viejo, sus enchiladas hechas con tortillas de cartón, o cuando quería viajar a la luna y le puso un motor de licuadora al tinaco, o cuando hizo una protesta contra los jitomateros y le rompieron el hocico.

Siempre que pienso en Borola, pienso en la lucha diaria d emuchas mexicanas que se parten la madre por sus hijos, con su creatividad, con sus pocos recursos, con su dignidad, su orgullo. Bueno, así también es mi mamá.

Descansa en Paz Gabriel Vargas y muchas gracias por todo lo que nos diste.

9 comentarios:

Lorenavelaflor dijo...

"todos lloran inconsolables por el genio que s enos fue, todos lloran por que un pedazo de México nos dejó, todos lloran, y yo también lloro".

Venenice dijo...

Confieso mi ignorancia sobre la vida del señor y me uno a la lamentable perdida.
Buen post!

Les Yeux Noir dijo...

Casi lloro junto contigo, excelente post mi pollito! ¿Qué te puedo decir? se nos fué Don Gabriel pero nos dejó a los Burrón para siempre, te adoro mi pollo, increíble homenaje!

Nina dijo...

Te felicito, muy bello homenaje. Estoy -casi- segura que desde donde se encuentre Don Gabriel, diria con una franca y abierta sonrisa; "Este pollo debio ser uno de los personajes que me falto"...y si, de esos que se lleva en el corazon por lo que escribiste a sabiendas que no lo iba a leer. Un abrazo

Unknown dijo...

A ver si ahora si se le da el crédito que merecía el trabajo de vargas. Lo malo es que el ni quería, como siempre, pura chiripa y aún renegaba de su éxito... cuando niña pensaba que exageraban en la historieta y me reía, ahora como madre Borolas ya no me da tanta risa. Vengo, voy a preparar albóndigas de periódico pa mis hijas!

Unknown dijo...

Su deceso forma parte de un México antiguo con un tinte de vigencia, retrata al mexiano, sus intereses, su ideosincrasia. Buen Artñiculo Jorge un Abrazo. Pepe Arrache

Maiqui dijo...

Emotivo texto, justo imagino la escena en la que cada uno de los célebres personajes del maestro Gabriel Vargas le dan el último adiós.

Samanthita dijo...

Ay pollo!! yo sensible y tu escribiendo tan bonito...

Una vez fui al museo del estanquillo por que exhibian a los Burron, confieso nunca haber leido una historieta, pero con tus palabras me has hecho sentir la necesidad de saber más sobre ellos.

¡¡Gracias!!

Kyuzo dijo...

Hermanisimo, hemos perdido a uno de los maestros, de los intelectuales y sobretodo, uno de los pintores y artistas que daban pinceladas culturales retratando a Mexico.
Su legado es cultura y humor, cultura y sabor, cultura y tradicion.

Descanse en paz, Maese Gabriel Vargas.