sábado, 30 de mayo de 2009

No Salía el Sol


I
Beth tenía un carácter dulce, apacible, conciliador pero era muy mimada al contrario Eliza (con zeta) no daba oportunidad de nada, completamente racional. En ella no había interpretaciones, las cosas eran como eran y punto. Las discusiones eran para la gente débil y sin criterio. Está (casi) de más decir que lo suyo era el control. Punto en contra, pues a falta de éste, su mundo se le convertía un a pesadilla. Beth era puro sentimiento, Eliza era razón pura. Ambas eran la misma persona: Elizabeth, que un día decidió que si no se partía a la mitad, se iba a volver loca, si es que no lo estaba ya.
Su infancia no se puede llamar privilegiada, sin embargo, tuvo lo que necesitaba y un poco más, de todo, atención, cariño, educación formal, práctica de buenos modales, juguetes, ropa, paseos, amigos y un padre, muy padre. Consentidor a más no poder y con un enorme corazón. Por lo menos en su parte afectiva, por que la fisiológica le vino a fallar cuando Elizabeth estaba por alcanzar los 15 años. De manera que su fiesta de presentación en sociedad tuvo que ser canjeado por los servicios funerarios y una promesa de viaje a Europa, nada más que las cosas se compusieran. Lo cual, no habría de suceder en el corto plazo ni en el mediano plazo.
El despertar sexual lo tuvo que aplazar indefinidamente que le ganó la partida el despertar a la realidad, tener que pagar cuentas nuevas y atrasadas, fregar, tallar, comprar, vender, sumar, restar, subir, bajar. Con su padre también murió la fantasía. Estamos solas pensaba. Pero estaba equivocada, estaba sola, pues su madre tuvo que salir a trabajar, dejando en Elizabeth la carga de la casa. Los roles habían cambiado: La madre se convirtió en el padre, la hija en la madre y ¿la hija? Tuvo que dividirse, Beth era el sentimiento, Eliza el intelecto y pronto tuvieron que aprender a comunicarse o mejor dicho, Beth tuvo que aprender a escuchar y obedecer, ciegamente a Eliza. El plan de supervivencia se había echado a andar.
En parte por la falta de práctica y en parte, mayor, por que no se había enterado que había una vida que sufrir para tener una vida que disfrutar, el desfloramiento de niña dependiente a mujer independiente no solo fue doloroso sino traumático. Por supuesto indeseable y ni que decirlo, intolerable. Por eso no le sorprendió (mucho) amanecer un día con dos diálogos en su cabeza. Voces nítidas y con una personalidad definida. La una sensata la otra sufrida, Eliza exigiendo que dejara de lloriquear y la otra sufriendo su pena penita. Cuando trato de intervenir en el diálogo, se dio cuenta de que había enmudecido, su voz interna se había apagado por completo. Observaba la escena escuchaba las voces, pero no podía intervenir. Era cero. Quiso hablar por voz de Beth y no hubo respuesta alguna, quiso tomar la batuta a través de Eliza y en cambio solo recibió una gélida mirada que por poco le congela. En un acto de lucidez, decidió esperar, para entender el desarrollo de los acontecimientos. Tomó el toro por los cuernos y llegó a la conclusión de no preocuparse, al final, nada podía remediar. Asumió su nueva condición con valentía y se echó a dormir. Al despertar ya no había Elizabeth. Eliza había tomado el mando central y Beth se replegó solo para dar voces intermitentes y opiniones que eran poco escuchadas. Eliza sabía que necesitaba a Beth y la escuchaba para tomar decisiones eficientes, pero de ninguna manera se lo haría saber. Eliza tenía el Control y así seguiría. ¿Por Siempre?
II
¿Se estaba volviendo loca? Pues entre que fuera una cosa u otra, investigó aquí, allá y en internet. Se enteró, a nivel wikipedia, lo que significaba la personalidad múltiple, la esquizofrenía, las otras. Resolver que no completaba la cuota de síntomas fue instantáneo y decidió permitir a la enfermedad, en caso de padecerla, ofreciera más evidencia de su existencia. Mientras tanto, como había sido en casi toda su vida, se preocuparía de su locura llegado el momento, si es que el momento llegaba. Mientras tanto, había mucho que hacer. Comenzando por olvidarse de la tristeza darle a su vida nuevos bríos. Elizabeth estaba encantada con la capacidad y fortaleza de Eliza. Lamentaba las circunstancias pero adoraba haberla conocido. Mientras tanto, Beth, sin que Elizabeth se percatara de ello, se iba extinguiendo como velita.
Su transformación no fue gradual en absoluto. Mucho ayudó el hecho que los antiguos socios de su padre, entre ellos un par de hermanos y primos sinvergüenzas, intentaron despojar a las mujeres de todo derecho, bienes, parabienes, medios y fines. O sea, fueron despojadas en forma cruel, alevosa, arbitraria y triste. Quizá eso hubiera medrado a Elizabeth y seguramente hubiese aniquilado a Beth, pero definitivamente, fue un excelente aliciente para Eliza: Nada como la injusticia, la calumnia, la descalificación y la villanía, para sacar lo mejor de Elizabeth o ¿lo peor?
Con Eliza a cargo, la vida comenzó a ser próspera. La cuenta bancaria acumulaba ingresos casi al mismo ritmo que enemigos. Nunca antes, Elizabeth habría sabido lo que era ser odiada; las cosas cambian. Resentimiento y progreso material, casi siempre van de la mano. El reconocimiento también fue pródigo pero desafortunadamente, esos lances nunca llegan solos y la admiración iba a la par con la envidia. Elizabeth subía en la escala social pero no con la velocidad que bajaba en el tobogán de la soledad. Si bien le iba, algún antiguo compañero se acordaría de ella en un mes y todo para irse a su casa con un destemple que solo hubiera conocido de haber sido un pordiosero pidiéndole un trago a un alcohólico consuetudinario. Elizabeth se había ganado a pulso la admiración y la animadversión de la gente y por consiguiente, estaba a años luz de sus afanes en tiempos pre púberes: conocer al amor de su vida. Su corazón más duro que la roca, apenas y lograba sostener a la lánguida Beth, que iba menguando el espíritu que distinguía a la noble Elizabeth, quien pensaba: Cada día progreso, hoy la gente no abusa de mi, me temen y me respetan, pero no siento el calor que sentía antes. Parecería que no quiere amanecer para mi, parece como si mi noche fuera eterna, parece como si el sol no quisiera tener contacto conmigo. Es como estar muerta en vida.
III
Cinco años después su vida había sufrido una enorme transformación. Su rostro, aunque bello, era rígido, cenizo, opaco. Su mirada desafiante, dura, impenetrable. Su vestimenta pulcra, perfecta, con pocos accesorios pero de la mejor calidad. Ya no era la niña tierna que todo mundo adoraba. Ahora era una Señora demasiado joven o una joven demasiado vieja. No pertenecía a ningún mundo. Había forzado su alma, de manera tan violenta, que el fuego de la vida, era apenas una llamita, que amenazaba con extinguirse con cualquier soplo, principalmente de amor, por que para el odio y el rechazo, se había convertido en una excelente domadora. Lo que si le podía hacer daño, era saberse querida.
Con asombrosa frecuencia, Juan N, mejor conocido como Juanene, le buscaba la mirada a la arpiona. Le sonreía, le coqueteaba descaradamente. Le ponía flores en su escritorio, le dejaba confites como por olvido, le enviaba tarjetas cursis, le invitaba café. Con la misma frecuencia pero mayor intensidad la arpiona despreciaba a Juanene, por supuesto que utilizando sus mejores artes y sin necesidad de rebajarse al nivel del romeo; todo por la vía de la diplomacia y ayudada por un corazón de hierro impenetrable. Pero la insistencia de Juanene era contagiosa y se cruzaban comentarios de todo tipo convertidos en consejos, apuestas, cabálas y disertaciones acerca de la existencia de Dios. Por que si Dios existiera, esa mujer no tendría el corazón tan duro.
Para cualquier observador agudo, esta historia tenía dos interrogantes, la primera, ¿Qué llevó en realidad a esa niña a convertirse en una mujer tan dura? Y la segunda ¿Qué había visto Juanene en la mujer que no había poder humano que le hicieses desistir de sus propósitos? La respuesta a ambos cuestionamientos estaba en la mente de Elizabeth.
Semanas antes, Eliza había pasado por un periodo de incertidumbre o ablandamiento, debido a que se juntó el periodo, con los problemas de una negociación que no había salido tan bien como esperaba, sumado al cambio de temporada y lo más impactante, el aniversario luctuoso de su padre, papá, papito. Por un momento Eliza se apagó y entró la luz del sentimiento produciendo un enorme calor, Beth aprovechó el instante y le dijo a Eliza, lo que tanto miedo les producía, Estás enojada, estás muy enojada. ¿por qué he de estar enojada? Reclamó Eliza, pues por que nos dejó papá. ¡estás loca! En todo caso estoy triste. Si, estás triste, pero también estás enojada, tienes miedo, y tener miedo te enoja, estás enojada con papá por que se fue sin despedirse, por que se fue y te dejó sola, estás enojada por que en el fondo sabes que eres muy vulnerable. Estás enojada y preferiste cerrarte a cualquier sentimiento solo por el miedo a sufrir. Estás tan enojada y tienes tanto miedo, que te prohibiste sentir y eso te está matando.
Eliza se mantuvo estática, no atinaba a responder nada. Todo el cuerpo de Elizabeth estaba respondiendo: Sentía nauseas, dolor de estómago, tenía taquicardía, sudoración, la espalda se le había convertido en un nudo. Respiró con agitación. Eliza quería mantenerse firme, pero no lo soportó. Se derrumbó, perdió el sentido. Beth se hizo cargo de la situación, Elizabeth también se derrumbó. En ese momento entró Juan N, la miró, en esos día el cortejo aún no iniciaba. ¿Se siente bien? Preguntó con verdadera preocupación, Elizabeth levantó la mirada y Juan N pudo ver al fondo y el rsultado fue un flashazo del que no terminaba de recuperarse. Al fondo de esos ojos otrora de hielo, podía verse la expresión más dulce, la sensación más angelical. Cu corazón latió de contento., Habíha visto, en el fondo de su mirada a Beth. Y en ese momento quedó prendado para siempre.
Elizabeth se levantó y corrió a los baños. A desahogarse, a gritar, a llorar a insultar. Todo el coraje, todo el resentimiento, todo el rencor que había acumulado contra su padre, contra los médicos, contra la sociedad, contra Dios, todo lo volcó en un llanto de impotencia, de coraje, de verdadero y auténtico dolor. Lloró tanto que temió quedar vacía. Lloró tanto y tan desde adentro que todo el rencor se disipó, por intermediación del ángel del perdón. Al otro día, por primera vez en cinco años, faltó a laborar, ese día y los tres siguientes. Eliza, trató de recuperarse, pero Beth, habló con autoridad. Las cosas, tendrán que cambiar. Tenemos cinco años sin que nos salga el sol y eso nos va a matar.
Al volver a su trabajo, Elizabeth estaba a prendiendo a vivir en su nueva condición. Eliza seguía opinando y con más ahínco, pero, definitivamente, había perdido toda autoridad. Beth, estaba tratando de reorganizar la nueva vida y Elizabeth estaba procurando entender que había pasado. Cada vez sentía más y pensaba menos, le gustaba pero se sentía extraña. Todas las mañanas su mente estaba en Juanene y al llegar a la oficina esperaba encontrar el “algo” que le dejaba. Su corazón se retorcía cuando veía sus detalles o a el. Algo estaba cambiando, Elizabeth lo sabía, por eso, tomó el teléfono y marcó la extensión de Juanene. Nos vemos a la salida Juan, ya son muchas gracias que te debo y quiero comenzar a pagar. Juanene casi se cae de espaldas y el rostro se le iluminó. Eliza estaba de mal humor y extrañada preguntó a Beth ¿Qué pasa, qué sucedió? Nada Eliza, respondó Beth con su expresión de Beata: “esto es lo que faltaba para que saliera el Sol”

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanto tu blog, es uno de los mas interesantes que he visto, es entretenido y novedoso, me gusta eso de que las historias van de la mano de las canciones y el video, me transporto, espero seguir viendo material del mismo tipo, estare al pendiente. Felicidades, eres un hombre inteligente e ingenioso.

Anónimo dijo...

arghhhhhhhhhhh

YO dijo...

Bello....mh? q te digo? p's la vdd eres genial!!!! M encanta tu blog y...en especial, esa historia la de la chica esa' Elizabeth, creeme q ya es mi favorita......Grax por ser tan creativo, inteligente e interesante.......Ah! y stare al pendiente de la siguiente parte ehhhhhhh......;p

Anónimo dijo...

Excelente! me gusto mucho, no esperaba menos que finalmente encontrara el camino del amor y se equilibrara de nuevo su personalidad. Muy bien expresadas las emociones, se siente lo que plasmas.

Anónimo dijo...

Desafortunadamente no es ciencia ficción. Yo misma me identifico con la historia, por supuesto que no al 100%, pero así suele suceder. Es importante que no nada más se lea como novela si no que se alcanze a ver el fondo de ella, el mensaje que lleva y lo que puedes aprender de ella. El poder comprender a mucha gente que de alguna manera está en esa situación. Me gusta la forma de comunicar y enseñar al ser humano de una forma tan amena. Felicidades! Mi querido amigo cibernético.

YO dijo...

Aiiiiiiiii! M encantó el desenlace y p's q más t digo? ah! ya sep....otra, otra, otra jijji....Bello eres, mh? eres mi super héroe..T.Q.M.M.M.M.M =)p

Expresa tu sentir... dijo...

Te felicito, está muy cretivo e interesante tu blog y con todo respeto, te enumero algunos comentarios para que tengas más visitas:
1- Cámbiale el nombre al blog, por uno más sugestivo
2-Los colores de la portada podrían ser más contrastantes
3- la tipografía no es moderna

Disculpa la crítica, pero es constructiva, tu creatividad da para más. Por otro lado, si pones un enlace hacia Expresa tu sentir, de igual forma te corresponderemos. JYG

Flaka dijo...

Es una excelente historia. es magnifico como pase de una emocion a otra. (risa a sentimiento a proyeccion). Es realmente encantadora. y sabes... yo creo que hay muchas elizas, y beths rondando por ahi. jeje yo soy una de ellas. Muy bien!!! Me encanto

ElGato dijo...

Papá, este es el mejor cuento, el que más me ha gustado, está buenísimo. Sigue escribiendo

rox dijo...

NO TENGO PALABRAS ,,, ME ENKANTA TU KREATIVIDAD,,,,HACES K TE IDENTIFIKES KON TU OTRO YO,,, ESE K NO SIEMPRE KEREMOS ACEPTAR,,, TE ADMIRO BROTHER ...